Evangelismo: más que un folleto
Recientemente he observado un fenómeno a lo largo de las ciudades que visito para compartir la Palabra, tiene que ver con una constante modificación de lo que es el evangelismo.
Recientemente he observado un fenómeno a lo largo de las ciudades que visito para compartir la Palabra, tiene que ver con una constante modificación de lo que es el evangelismo.
En esta serie estaremos abordando, aunque no de manera exhaustiva, cada una de las nueve virtudes o expresiones del fruto del Espíritu Santo como evidencia de la transformación de la vida de un creyente.
Debo aclarar que no le rindo culto a Juan Calvino sino que el objeto de mi devoción y adoración es Cristo, es por eso que me considero cristiano. Lo que sí es cierto es que Juan Calvino es uno de mis maestros y teólogos falibles favoritos.
Dios a veces también trabaja de maneras extraordinarias, y cuando lo hace, Él trabaja por medio de la vocación; es decir, a través de instrumentos humanos. La mejor respuesta a la pregunta “¿Por qué Lutero?” Es que Dios lo llamó.
En algún momento de tu vida, ¿te has sentido perdido? ¿Extraviado? ¿Sin vida, sin esperanza? Qué reconfortante es cuando alguien se preocupa por nosotros, y extiende su mano para levantarnos del suelo en el que nos encontrábamos. Siempre es bueno tener a alguien de nuestro lado, que nos ame y anime a pesar de todas nuestras flaquezas.
No hay nada que me gustaría más que poder garantizarle a una persona que en su vida no habrá sufrimiento. A veces, cuando nos acercamos a Cristo podemos tener la idea de que todos nuestros problemas se resolverán mágicamente y que las cosas que nos causaban dolor no lo harán más. La verdad es que aparte del evangelio, una de las cosas más claras que la palabra de Dios nos permite aprender es, que el sufrimiento es tan inevitable en la vida de un cristiano como el experimentar el grande y magnífico amor de Cristo; son inseparables.
El apóstol Pablo, junto con los otros autores del Nuevo Testamento, explicó en términos inequívocos que Jesús cumplió cada uno de los aspectos sombríos y típicos de la ley ceremonial del antiguo pacto (Col. 2: 16-17), tal como vino a cumplir con todas las promesas y profecías del Antiguo Testamento (2 Corintios 1:20).
Dios siempre ha estado apegado a su promesa de salvación y libertad para con los suyos. Aún cuando el pecado invadió este mundo, Él prometió que proveería a un Salvador, un sacrificio que abriera camino de nuevo a su presencia. Y aunque éramos sus enemigos, sin esperanza y sin vida, Él nos amó. Y nos amó profundamente.
A veces nos es más fácil catalogar los desastres naturales como un simple acto de la naturaleza, una naturaleza que se agita con violencia siguiendo sus propias leyes. Nos cuesta involucrar a Dios en los desastres naturales. Pero Dios interviene en estos eventos.
Siempre que Dios va a actuar a favor o en contra de alguien, es necesario que Él levante a un hombre que lleve su mensaje. Muchas veces mensajes de paz, consuelo y esperanza; muchas otras, un mensaje de juicio y castigo. Y aquí tenemos a Miqueas, profeta contemporáneo de Isaías, Amós y Oseas, predicando una palabra, primeramente de juicio y castigo de parte de Dios para con Israel, para después terminar con un mensaje esperanzador.
En este año 2017 se celebran 500 años de la Reforma Protestante. Damos gracias a Dios por los reformadores; pero es necesario recordar que este movimiento surgió en una época de descontento e incertidumbre, así como de oscurantismo.
La Biblia no es un libro cualquiera que debas leer por leer, la Biblia es la Palabra escrita de Dios en la que revela su voluntad para con cada uno de nosotros, es una biblioteca de 66 libros escritos por distintos hombres en distintas épocas bajo inspiración divina y preservados en perfecta armonía.