Cuando deseas obispado y la respuesta es un “no”.
No sabemos con certeza si en nuestro perseverante caminar con Cristo algún día Dios nos llame al ministerio pastoral. O si algún día estemos listos para plantar alguna iglesia siendo enviados. Pero pase meses, años o simplemente nunca tengamos la oportunidad, nuestra identidad en Cristo debe ser suficiente motivación para descansar nuestro corazón a ser buenos representantes de Cristo en esta tierra para gloria de Dios Padre.