La soberanía de Dios
Dios es soberano. Nos escoge, nos santifica por medio del sufrimiento pero nos ha dado la victoria en Cristo. Alabemos este atributo que solo le pertenece a Él. Cada evento que suceda en tu vida no es indiferente a Dios.
Dios es soberano. Nos escoge, nos santifica por medio del sufrimiento pero nos ha dado la victoria en Cristo. Alabemos este atributo que solo le pertenece a Él. Cada evento que suceda en tu vida no es indiferente a Dios.
La totalidad de la vida del creyente solo se puede vivir a la luz del sacerdocio de Cristo. Como el Mediador del nuevo pacto, Jesús funciona preeminentemente como el Gran Sumo Sacerdote sobre la casa de Dios. En palabras de James Henley Thornwell, “el sacerdocio es la perfección de la mediación”, y tenemos un Mediador tan perfecto en Jesús, que ha, por una ofrenda… perfeccionado para siempre a los que están siendo santificados. (Hebreos 10:14).
Todos los días que puedo leer Su Palabra, me encuentro con Él a través de los escritos de los profetas y apóstoles. Pero, sobre todo, me gozo en poder conocer mejor a Dios teniendo un fundamento bíblico para hacerlo.
El sufrimiento prueba nuestro corazón porque ¿quién necesitaría a Dios cuando todo esta bien? es allí justamente donde podemos confirmar en dónde tenemos puesta nuestra confianza y en dónde ésta descansa, las pruebas son el fuego por el cual pasa el oro por el crisol y remueve toda impureza de nuestro corazón como el orgullo, auto suficiencia y auto justicia.
El pecado vino al mundo cuando la Serpiente se esforzó por atacar la orden de Dios. Del mismo modo, subvertir el principio de liderazgo que Dios estableció al principio sería subvertir el diseño de Dios.