Por David Mathis
Aquí viene nuestro recordatorio anual para hacer balance y hacer nuevos propósitos. Y para muchos de nosotros, un nuevo año significa una oportunidad para renovar nuestras disciplinas espirituales. Por deficiente que haya sido nuestra alimentación o por insuficiente que haya sido nuestro ejercicio, parece que nunca terminamos el año viejo con los “hábitos de gracia” completamente funcionales que queremos disfrutar en el año nuevo.
Inevitablemente, en esta era, aun el inventario de disciplina espiritual más básico nos dará algo para hacernos sentir culpables. ¿Podríamos nosotros valernos lo suficiente del oído de Dios en oración? ¿Memorizar lo suficiente de Sus palabras en la Escritura? ¿Compartir personalmente con suficientes incrédulos las noticias de Su Hijo? Sin una conciencia cauterizada, anualmente nos encontraremos con carencias en alguna manera, y tenemos más por aspirar en este lado del cielo.
Tal vez te sientes abrumado cuando se trata de los fracasos en tus hábitos espirituales, o la falta de ello, que muy apenas sabes en dónde empezar. ¿Empiezo orando más, y memorizando la Escritura, y compartiendo mi fe agresivamente, de una vez? Pero cuantos más propósitos tratemos de abarcar al mismo tiempo, es menos probable tener un progreso real y duradero de cualquiera de ellos. No podemos cambiar todo de una vez, pero podemos seguir en fe, con la ayuda de Dios, algunos hábitos esenciales que pueden tener un efecto dominó. Incluso un solo hábito esencial.
Entonces, si estás buscando sólo un enfoque espiritual renovado para el año nuevo, quiero ofrecer una sugerencia: cásate con la Biblia este año.
Dios es lo primero
Sin subestimar la oración o el compañerismo entre hermanos o el testificar a lo menos, yo digo empieza con la Biblia porque escuchar la voz de Dios en Su Palabra es el más fundamental de sus continuos “medios de gracia” para nuestras vidas cristianas. Tener Su oído (en oración) y pertenecer a Su cuerpo (en la iglesia) son igualmente esenciales, pero no juegan el mismo rol fundamental, porque la vida cristiana no es una alianza simétrica entre el hombre y Dios.
La Palabra de Dios es lo primero, porque Dios es lo primero. Él actúa primero. Nosotros no creamos el mundo o a nosotros mismos. Y nosotros no iniciamos la vida cristiana; Él lo hace. Primero Él habla, y luego nosotros respondemos en oración. Primero Él habla, y Su palabra crea un grupo de personas llamado la iglesia. Cásate con la Biblia este año, y ya no te pertenecerás a ti mismo, pero pronto te sentirás impulsado a unirte con otros porque Su Palabra no sólo te alimenta a ti, sino que te da pan para compartir, con canastas de sobra.
¿Absorbiendo la cultura o a Cristo?
Digo cásate con la Biblia porque es una frase que recientemente llamó mi atención cuando leía un sermón de Piper de 1982. Estoy seguro que en ese tiempo hizo un poderoso llamado, pero esas palabras sin duda son más relevantes hoy en día, una generación después:
Satanás dedica él mismo 168 horas a la semana a tratar de engañarte y llenar tu mente con basura. Él se ha encargado de que tú estés rodeado casi por completo por una cultura sin Cristo cuyo estado de ánimo, y entretenimiento, y publicidad, y recreación, y política son disparadas con mentiras sobre lo que debes sentir y pensar y hacer.
¿Crees que en este ambiente puedes mantener una mente vigorosa, poderosa, libre, renovada con un vistazo de diez minutos al Libro de Dios una vez al día? La razón por la que hay personas de iglesia que son básicamente seculares como todas sólo que tienen un recubrimiento religioso es que ellos dedican el 99% de su tiempo a absorber las trayectorias del mundo y el 1% de su tiempo a absorber las trayectorias de la Palabra de Dios.
Si tu quieres hacer la voluntad de Dios en tu vida así como una madre da a luz un niño, debes casarte con la Biblia. Para algunos de ustedes, es un extraño que saludan en el camino al trabajo pero nunca tienen una tarde de conversación relajada, y rara vez lo invitan a pasar tiempo importante de vacaciones con ustedes. Entonces, no se sorprendan si están mal preparados para leer las trayectorias de la voluntad de Dios para sus propias vidas. “He will send his angel before you” (Él enviará Su ángel delante de ti).
Puede sentirse maravilloso iniciar un año nuevo con el firme propósito de pasar diez minutos en la Palabra de Dios cada mañana. Diez minutos cada día es un buen paso adelante desde poco, o nada. Si es ahí en donde estás, primero da el paso uno, luego el paso dos. Pero no seas ingenuo acerca de donde te encuentras después de un paso. Y si la inmersión en la Palabra de Dios por diez minutos es la gracia y el gozo que realmente es (en vez de un simple deber), ¿qué te detiene de disfrutar más? ¿Recibir más gracia? ¿Disfrutar en más bendición?
Mientras consideramos la imagen más amplia (“rodeado casi por completo por una cultura sin Cristo”), vemos que un vistazo de diez minutos es sólo un comienzo. Esto no es un llamado a balancear cada minuto en el mundo con un minuto igual y opuesto en la Palabra de Dios, la voz de Dios es más fuerte que la de Satanás. Pero haremos bien, al principio de un año nuevo, pensar cómo podemos sin duda caminar con nuestro Dios, y disfrutar de Él todo el día, y no solamente hacer contacto deprisa por diez minutos.
Más que un plan de lectura
Por supuesto, sí, haz el hábito de ir directo a la Biblia al inicio de cada día en el 2018. Encuentra un plan realista y agradable, que tu lectura dé lugar a la meditación, y la meditación a la oración. Un tiempo de silencio o un tiempo a solas con Dios cada día es un buen comienzo. Son como citas con tu esposa, ¡pero las citas no hacen un matrimonio! Considera lo que un “matrimonio” con la Palabra de Dios podría ser para ti mientras comienza el año nuevo.
Quizás podrías incluir el escuchar regularmente la lectura de la Biblia. Qué tremendas oportunidades tenemos hoy en día con la tecnología para esuchar las Escrituras. Prueba la aplicación de La Biblia, o la próxima aplicación Dwell. Pulsa el botón de reproducir en el camino o en el automóvil o mientras estás en los quehaceres. La Biblia fue escrita originalmente para ser leída a multitud de oyentes. “Dedícate a la lectura pública de las Escrituras” (1 Timoteo 4:13 NVI). En la historia del pueblo de Dios y Su iglesia, muchas más personas han escuchado Su Palabra al ser leída a ellos que al leerla ellos mismos. Es un regalo glorioso el que nosotros tengamos hoy Su Palabra y la podamos leer, pero Dios también dice que escuchemos Su Palabra. Escuchar nos envuelve en una manera que la lectura no lo hace, y viceversa.
Y casarte con la Biblia en el 2018 incluirá, en alguna manera, escuchar la voz de Dios a través de fieles maestros. Dios da a Su iglesia pastores y maestros para su equipamiento y reedificación (Efesios 4:11-12). Primero y ante todo en persona, en nuestra iglesia local. Y luego, de manera secundaria, en la iglesia en general. Prepárate para recibir la Palabra de Dios por tu pastor cada domingo, y entre semana, y aprovecha de las notables riquezas derramadas de fieles editores cristianos, junto con un infinidad de importantes y bien escritos artículos en línea (como Coalición por el Evangelio, Ligonier, Challies, For the Church, y más). Y mientras llega, quizás entremos en la era dorada del podcast, ya que millones de personas no sólo han descubierto lo conveniente del audio como un medio, sino también el poder para atraer el corazón por medio de la imaginación.
Mejor cuando lo compartes
Finalmente, casarte con la Biblia este año eventualmente significará un nuevo esfuerzo por compartir tu alimento con otros. Así como la vida misma de Dios y a través de Su Palabra que mora abundantemente en ti, y alimenta tu alma, vas a querer extender y profundizar tu gozo compartiéndolo con otros. Cuando anunciamos a otros lo que nosotros mismos estamos probando como lo dulce de la Palabra de Dios, lo disfrutamos mucho más. Los corazones llenos de gozo en Cristo no se mantienen llenos al ponerles una tapa, sino al quitarles la tapa para repartir el banquete a los demás.
Casarte con la Biblia no es una búsqueda forzada. Mientras Dios nos llena con la vida espiritual y gozo que Él imparte a nosotros a través de Su Palabra, Él pondrá palabra en nuestra boca y hará nuestra comida más llenadera mientras la pasamos a los demás. Las piezas de dominó comenzarán a caer cuando la Palabra de Dios se ponga en su lugar central, iniciador y energizante en nuestras almas.
Usado con permiso de Desiring God Puedes encontrar el artículo original en inglés aquí. Traducido por Azalea Arreola
Fotografía en Unsplash
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