La Fidelidad de Dios
Muchas veces, cuando pensamos en la fidelidad de Dios, lo hacemos de manera antropocéntrica (centrada en el hombre).
Muchas veces, cuando pensamos en la fidelidad de Dios, lo hacemos de manera antropocéntrica (centrada en el hombre).
En medio de la fricción, la discusión y las heridas, difícilmente hay solo un responsable en los conflictos matrimoniales. Aunque no estoy diciendo que no existan casos específicos donde hubo solo un culpable, esos casos son más esporádicos. Son mucho más las veces, y en lo cotidiano, donde hay culpa y responsabilidad compartida.
La aseidad de Dios nos enseña que podemos confiar en Él completamente porque Él no está en necesidad ni lo estará jamás, sino que es Todosuficiente y autoexistente quien nos creó por su propia bondad y para su propia gloria y gozo, siendo nosotros beneficiarios de su misericordia y su gracia que, cuando aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros (Ro. 5.8) sin que Él tuviera necesidad de hacerlo sino por el puro afecto de su voluntad.
Cuando estamos con Cristo, nuestro amor al cónyuge debería ser como el de Él, que se dio a sí mismo en propiciación por nosotros. Un amor que no busca lo suyo, sino que pone al otro como el más importante.
Se ganaría más al prestarle atención a una persona que confiesa que lucha con depresión, que pensar que dicha persona solo está manipulando las circunstancias. Muchas veces se subestiman las señales y los indicios depresivos de personas que han estado pensando en el suicidio y es lamentable que las acciones sean reactivas en lugar de proactivas, ¿por qué deberíamos esperar a que las cosas pasen?. Recuerden que estos son problemas de salud mental que se deben abordar espiritualmente a través de las Escrituras y a través de tratamientos físicos recomendados por medicos calificados.
Dios como juez y ofendido debe dictar la sentencia del infierno y el castigo eterno sobre ellos. Pero por más que parezca contradictorio, su ira es necesaria para entender su amor, disfrutar de su gozo y experimentar la paz.
Permanecer casado, por lo tanto, no se trata principalmente de permanecer enamorado. Se trata de mantener el pacto. “Hasta que la muerte nos separe” o “Mientras ambos vivamos” es una promesa sagrada del pacto: el mismo tipo de promesa que Jesús hizo a su novia cuando murió por ella.
Recuerda que la primera enseñanza que tus hijos recibirán vendrá de ti y que nunca es tarde para comenzar. Que Dios te de la convicción y que aprendas a proteger esos cinco minutos diarios que cambiarán la trayectoria eterna de sus vidas y del mundo.
a Palabra de Dios no es como un buffet en el cual podemos brincarnos las ensaladas e ir directo a la pizza y el postre. La Escritura es más bien un exquisito y balanceado manjar de cuatro, cinco o más tiempos que, en su totalidad, nos nutre y nos satisface.
Dios como juez y ofendido debe dictar la sentencia del infierno y el castigo eterno sobre ellos. Pero por más que parezca contradictorio, su ira es necesaria para entender su amor, disfrutar de su gozo y experimentar la paz.
Abracemos la verdad de que Cristo murió por ti y por mí y no por quiénes somos ni mucho menos por cómo nos vemos frente al espejo, Él murió porque nos ama y eso querida hermana, es lo que debe motivarnos y moldearnos, está bien que quieras cuidar de tu salud, de tu cuerpo y de tu peso, pero recuerda que no eres tú peso.
La sociedad y cultura han cambiado pero la condición espiritual es la misma así como el llamado a seguir a Cristo y la forma de hacerlo.