Cinco consideraciones en el solemne encargo de predicar el evangelio.

Lo que me propongo hacer es dar cinco principios que ayuden a nuestros jóvenes ministerios en la tarea de la predicación, de modo que evitemos caer en la reprobación del ministerio. Para ello, permíteme hablarte de un grupo importante en la historia de la iglesia conocidos como los puritanos, todos hemos escuchado algo acerca de los puritanos alguna vez, algunos han dicho del movimiento puritano que este no hubiera existido sin la predicación puritana. Permíteme escribirte lo siguiente a cerca de ellos:

La predicación puritana no era una conferencia; era un llamado desesperado a las almas. Era una súplica sincera a estar bien con Dios a costa de todo lo demás. Debido a su contenido magisterial, la predicación debe ser un compromiso serio y sobrio. Richard Baxter lo puso de esta manera:

“De toda la predicación en el mundo, odio aquella predicación que tiende a hacer que los oyentes se rían, o para mover sus mentes con leve cosquilleo que los afectan como cuando ven obras de teatro, en lugar de que les afectan con una santa reverencia por el Nombre de Dios “.

Sin duda que este movimiento en la historia de la Iglesia impactó significativamente y sigue impactando hoy de manera positiva a la iglesia por su alta estima en la predicación del evangelio. Tenían estándares altos de sus predicadores porque conocían la naturaleza de lo que hacían. Ellos entendieron bien las palabras de Pablo a Timoteo:

Te encargo solemnemente, en la presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por su manifestación y por su reino: 2 Predica la palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con mucha[a] paciencia e instrucción. 3 Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos; 4 y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a mitos. 5 Pero tú, sé sobrio en todas las cosas, sufre penalidades, haz el trabajo de un evangelista, cumple tu ministerio. 6 Porque yo ya estoy para ser derramado como una ofrenda de libación, y el tiempo de mi partida ha llegado. 7 He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. 8 En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. (2 Timoteo 4:1–8)

Lo primero que quiero que consideremos en este solemne encargo del evangelio es:

1. Considera la Naturaleza del Encargo (v. 1 y 2).

Lo primero que necesitamos considerar es la naturaleza misma del encargo ¿En qué consiste este encargo? ¿ Porqué es un encargo solemne?

La respuesta la encontramos cuando miramos el primer versículo donde Pablo le dice a su pupilo que predique la Palabra. En esto consiste la naturaleza del encargo evangélico; “La predicación de la Palabra de Dios”, nada menos y nada más que la predicación de la Palabra de Dios. Es por eso que el apóstol Pablo hace este encargo con un espíritu lleno de profundo respeto, humildad y temor reverente cuando le habla a su hijo espiritual.

La sagrada tarea de predicar no es ningún juego. En el púlpito se debe predicar la Palabra de Dios y nada más que la palabra de Dios; no tenemos permiso para predicar otra cosa; no tenemos permiso para predicar otro evangelio, sino el evangelio que nos ha sido dado, el evangelio de Cristo.

Esto nos recuerda lo que los teólogos dicen en Latín “Sola Scriptura” o “Solamente la Biblia”, y debemos ser celosos de que esto en realidad se cumpla en nuestros ministerios, pero no solo debemos vigilar que solo la Palabra de Dios sea predicada, los teólogos no solo decían “Solo Scriptura” sino también “Tota Scriptura” o “Toda la Escritura”, para indicar que en la encomienda de predicar el evangelio, solo debemos predicar la Palabra de Dios, pero a su vez, debemos asegurarnos de que estamos predicando toda la Palabra de Dios, o en palabras del mismo apóstol Pablo debemos de predicar “Todo el consejo de Dios”. Nada menos y nada más que ello.

Debemos cuidar de añadir a la Palabra de Dios, pero también debemos de cuidar de quitar de la Palabra de Dios. Ambas cosas son peligrosísimas porque ambas son pecado. Pero la naturaleza del encargo se hace más patente cuando vemos no solo que se trata nada mas y nada menos que la palabra de Dios, sino que predicamos teniendo por testigo a Dios mismo en la labor que predicar el evangelio.

Cada ves que Pablo predicaba el evangelio, esta preocupado por la aprobación de una sola persona, Dios. Y vivía con la conciencia de que estaba predicando en la presencia misma de Dios. Por ello encarga a Timoteo que haga lo mismo, que viva con esta conciencia constantemente. Esta conciencia de predicar delante de la presencia de Dios lo guardaba de tener otro motivo que no fuera agradar a Dios y predicar siempre con la verdad. Que osadía de llamar a Dios como testigo del ministerio de Timoteo en Pablo pero que responsabilidad para Timoteo mismo.

Cuando dice delante de Dios nos recuerdan los dichos de los profetas cuando entregaban un mensaje divino. Eliseo, Elías y otros usaban la expresión “Vive Jehová en cuya presencia estoy” aludiendo a la fidelidad, veracidad y la aprobación divina del mensaje que estaban entregando al pueblo. Al usar esta expresión, “delante de Dios” Pablo insta a Timoteo a hacer la tarea a tal grado de que pueda decir lo mismo en el sentido de no tener de que avergonzarse de nada delante de Dios.

Aquí permíteme darte otro del ejemplo de los predicadores puritanos y el Coram Deo. Esta es una expresión en Latín que significa “delante del rostro de Dios”. ¿Porqué los puritanos eran tan buenos predicadores y tan buenos teólogos? Una de las razones es que vivían con la conciencia constante del coram Deo, de estar en la presencia de Dios todo el tiempo.

Porque tenían una conciencia de estarle predicando a Dios mismo buscaban hacerlo de forma que pudieran dibujar una sonrisa en su rostro. Predicar con una conciencia del coram Deo significa: Estar en la presencia de Dios, bajo la autoridad de Dios, para la gloria de Dios.

2. Considera el Tiempo de Realizar el Encargo V. 2

En realidad esta es una sola frase. “Insiste a tiempo y fuera de tiempo”, pero quiero dividirla solo para enfatizar que la encomienda de la predicación del evangelio tiene un carácter sumamente urgente e importante, se trata de la salvación de las almas, pero no solo eso, sino en Palabras de Jonathan Edward, se trata de la reivindicación del nombre de Dios que está siendo pisoteado por aquellos que aun no creen en él. Por ellos debemos de esforzarnos en el poder del evangelio cuando es el momento oportuno para hacerlo y aprovechar todos los recursos que sean posibles para hacerlo.

En la carta del apóstol Pablo a los romanos dice en su capítulo 10: 14–17 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? Por eso nosotros también debemos insistir cuando es tiempo de hacerlo.

Pero mas adelante en el versículo tal dice y como pues “invocarán” El propósito es que ellos invoquen a Dios, que lo llamen Señor, que lo llamen Padre que lo adoren que lo reconozcan como el eterno Dios soberano sobre todo.

Por eso la tarea de Timoteo y la nuestra debe ser una tarea que se hace insistiendo, no es algo que se hace una sola vez, sino que hay perseverancia al predicar.

Pero Timoteo no solo debía estar listo para predicar a tiempo, más bien él debía estar listo para predicar en cualquier momento. Timoteo debía estar atento para aprovechar de manera correcta todas las oportunidades que les vinieran para predicar, en otras palabras, la predicación no es algo que solo se hace desde el púlpito, no importando si para algunos 1 Timoteo está siendo inoportuno. De hecho, como alguien ha dicho “quien espera hasta que la ocasión parezca completamente favorable para predicar el evangelio, nunca la encontrará”. Esto también nos hace ver que siempre habrá oposición a la predicación de la Palabra de Dios.

La predicación siempre va a tener cierta resistencia, siempre que se predica la palabra de Dios el predicador va a encontrar cierto rechazo, pero los siervos del Señor debemos insistir y perseverar. No debemos claudicar ante la presión que el mundo pueda ejercer sobre nosotros y más durante estos tiempos en los que se cuestiona la legalidad de la predicación en los púlpitos, acusándonos de no respetar los derechos humanos de las personas que no se adhieren a la palabra de Dios y quieren vivir a su antojo.

La siguiente consideración que debemos hacer cuando hablamos del solemne encargo de predicar el evangelio es:

3. Considera la forma de llevar a Cabo el Encargo V. 3

El evangelio tiene el poder de atacar a todas las áreas de la persona; de suplir todas las necesidades de cada corazón, de llamar a la disciplina a todos aquellos en desobediencia, de alimentar al corazón hambriento, y de enjugar las lagrimas de los que lloran.

Por ello debemos de considerar la forma en la que llevamos a cabo el encargo de predicar el evangelio, el cual debe ser expuesto de tal forma que toque y llegue a todas las necesidades de todas las personas, por ello pablo le dice a Timoteo como debe hacer el trabajo del predicador evangélico. Timoteo debe redargüir, reprender y Exhortar. Veamos a que se refiere cada una de ellas porque también nos serán útiles a nosotros en nuestros ministerios.

“Redarguye”.

Una de las cualidades del evangelio que se expone con fidelidad delante de Dios es que puede redimir todo aquello que es pecaminoso e inclusive aquello que es falso doctrinalmente. La tarea del predicador es ser el instrumento por medio del cual el evangelio traerá a todos aquellos que lo necesiten al arrepentimiento por medio de convencerlos con la palabra de Dios.

Hoy en día hay tanta predicación de legalismo, que pareciera que hemos vuelto a la nueva institucionalización de la ley. Desde el púlpito se predican listas y malas listas de quehaceres y prohibiciones y de condenación sin permitir que encontremos la solución a nuestros malos comportamientos o malos deseos en el evangelio.

No se predica la gracia de Dios que nos redime todos los días. A las congregaciones se les deja es una especie de estado de condena, se muestra el pecado pero no se muestra la cura para el pecado.

Cuando consideramos este solemne encargo de predicar e evangelio, debemos considerar en que forma lo estamos llevando a cabo, no sea que no presentemos toda la verdad del evangelio y solo bajemos del púlpito dejando a los oyentes en estado de condenación.

El evangelio tiene el poder de redargüir lo cual podemos traducir también como redimir. El evangelio sí, apunta al pecado, pero también da la solución.

“Reprende”.

Como vemos, el predicador debe enfrentar el problema del pecado y juzgarlo a la luz de la Palabra, tanto en relación con aquellos que todavía no son creyentes, como de los que ya lo son. De ninguna manera se puede reducir su gravedad o ignorarlo. Por supuesto, ésta es una de las tareas más difíciles y peor vistas que el predicador tiene que enfrentar.

“Exhorta”.

Junto con la reprensión es necesario exhortar, lo que implica colocarse al lado de la persona para animarle, alentarle, amonestarle con el fin de que siga el camino correcto.

“Con paciencia”.

No debemos desesperarnos porque nosotros nos conocemos a nosotros mismo, nosotros también somos humanos.

“Con instrucción”

Esto implica que también lo debemos hacer con cuidado y dando ejemplo de cómo vivir la vida cristiana.

La siguiente consideración es necesario hacer cuando pensamos en el solemne encargo de la predicación del evangelio es:

4. Considera la Razón para Obedecer el Encargo V. 3 Y 6

Pablo no tiene en su mente la idea de ser exhaustivo al momento de dar instrucciones a Timoteo, el confía en que Dios le dará sabiduría a su pupilo para entender que hay razones aun mucho mas elevadas o la razón final de glorificar a Dios. Pero al propósitos de corto alcance a los cuales Timoteo debe de ver.

Estas también nos dicen cuales son las razones por las que debemos predicar también nosotros. ¿Porqué es urgente que prediquemos el evangelio y la Palabra de Dios? Veamos dos razones principales que Pablo delinea en este pasaje.

“La apostasía de los últimos tiempo”.

La gente que se describe en estos pasajes encaja perfectamente con la gente que hoy vemos nosotros también. Si Pablo viniera hoy no miraría ninguna diferencia en ese sentido con nuestra cultura. La gente sabe lo que quiere oír y buscan los lugares donde predican lo que ellos quieren oír. Por lo tanto, la predicación se vuelve más necesaria, esta gente se va a perder, no clamaran y no cantaran en sus bocas el glorioso nombre de Cristo, por eso Timoteo y nosotros también debemos predicar.

“La constante necesidad de obreros”.

Cuando Pablo esta solemne encomienda a Timoteo le dice que su tiempo para partir ha llegado. Esto nos recuerda el principio que nuestro Señor Jesucristo nos dijo y por los cual nos impulsó a orar. Siempre hay una constante necesidad de obreros par la mies. Y Pablo sabe que cuando él muera será un obrero menos en la mies, uno menos que recoja los frutos del evangelio.

Es por ellos que Pablo anima a Timoteo a que continúe con su legado evangélico. Esta es otra razón por la que nosotros también debemos predicar el evangelio de Cristo.

5. Considera la Razón para Obedecer el Encargo V. 3 Y 6

Spurgeon decía cuando se refería a sus estudiantes de su colegio para pastores que Dios no le daría el deseo de volar a los elefantes porque no les había dado alas para volar. Queriendo decir que a todos a los que Dios llame también va a capacitar y que hay varias aptitudes que se necesitan para el ministerio de la predicación.

“Ser sobrio”.

Timoteo debe de conservarse sobrio para cumplir con el solemne encargo de su mentor. Debe evitar todo aquello que distraiga su enfoque en la predicación del evangelio ya sea físicamente como el alcohol o emocionalmente. Debe evitar todo aquello que le haga torpe para articular bien el mensaje de la redención. Su mente debe estar funcionando en la forma mas optima para tan solemne labor.

“Estar dispuesto a sufrir”.

También debe estar dispuesto a sufrir como su mentor, sabiendo que su mentor también está imitando al Señor de los dos. El ministerio puede legar a ser muy sufrido en gran extremo y en muchas ocasiones al grado de tener que renunciar a la vida misma de uno.

Los obreros que trabajamos para el evangelio debemos estar dispuestos a morir por el evangelio porque sabemos que hay dignidad intrínseca en el mismo evangelio porque se trata de Cristo quien es valioso hasta lo sumo.

“Ser fiel (Cumple tu ministerio)”.

Pablo le dice a Timoteo que debe hacer la obra de evangelista, que debe cumplir su ministerio. La obra de evangelista creo yo en este caso tiene otra vez que ver con la predicación del evangelio con el firme propósito de ganar almas para Cristo. Timoteo debe estar constantemente cumpliendo este ministerio suyo de manera fiel. Así nosotros también debemos ser fieles en la predicación gloriosa del evangelio de la gracia de Cristo Jesús.

CONCLUSIÓN.

Te animo y exhorto a considerar con detenimiento este solemne encargo que no solo Pablo le da a Timoteo, sino también a todos los que nos dedicamos a la tarea de la predicación del evangelio.

Consideremos pues la naturaleza misma del encargo; consideremos el tiempo en el que realizamos este encargo, se insistente en ello; pensemos en la forma en la que llevamos a cabo este encargo; considera también la razón para este encargo, pregúntate que te mueve a predicar; y por último, también considera las aptitudes que debes buscar tener y mejorar para el ministerio.

¡Que Dios nos bendiga en la tarea de predicar fielmente del evangelio de su glorioso Hijo!