Por Walter Jolón
El sexo es de origen divino, desde el principio ha sido la idea de Dios, es parte del diseño de Dios para la humanidad; lamentablemente la maravillosa idea del sexo fue arruinada por el pecado, después de la caída de Adán y Eva, la idea del sexo cambió por completo para los seres humanos. La buena noticia es que el evangelio trajo redención, cuando el pecador es rescatado de su condenación por su rebelión y es limpiado por la sangre de Jesucristo, también el sexo es purificado por la obra del Salvador en la cruz del Calvario.
Recuerdo cómo en varias ocasiones que he tenido que salir en busca de algún accesorio o repuesto para mi vehículo, o he tenido que visitar alguna carpintería (aunque el listado de estos lugares es más extendido), los propietarios cuelgan carteles de mujeres semidesnudas vestidas de mecánicas, o con un serrucho en sus manos, algunos van más allá de su atrevimiento colgando carteles o posters de mujeres completamente desnudas. En primer lugar, debo luchar en contra de la tentación que tengo ante mis ojos y no ver para que mis pensamientos no vayan más allá de donde deben permanecer, quiero salir victorioso, pero si estamos siendo sinceros, algunas veces no lo logré. En segundo lugar, me surge la pregunta, ¿Qué tiene que ver una mujer semidesnuda con un repuesto para vehículo? ¿Qué relación tiene una mujer en paños menores con una pose sensual y un serrucho en su mano? Las personas utilizan esas estrategias para atraer clientes, pero más allá de usar la figura femenina como una estrategia de marketing esto muestra la deformación y degeneración del sexo en la mente de la sociedad.
El origen del sexo
Como mencioné anteriormente, el sexo es idea de Dios, si Dios es bueno, el sexo también lo es, el sexo es bueno porque Dios es bueno. Dios pensó en el sexo como un placer inherente para la raza humana que puede ser disfrutado dentro del contexto del matrimonio. Moisés lo escribió de esta manera: “24Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán un solo ser.” —Génesis 2.24, RVC (énfasis mío). Este versículo enseña por primera vez que la unión del hombre y la mujer es la relación sexual dentro del matrimonio; a la consumación de la unión de hombre y mujer se le conoce como coito o cópula, es la introducción del pene en la vagina; el coito es la máxima intimidad sexual que un hombre y una mujer pueden experimentar, es la fundición de dos seres opuestos sexualmente en un solo ser que los lleva a disfrutar el placer físico más intenso que el ser humano puede conocer. En el Cantar de los Cantares podemos encontrar cómo un hombre y una mujer destilan de amor y de placer sexual sin cohibirse el uno hacia el otro, como lo demuestran estos versículos: “10Yo soy de mi amado, y él halla en mí su deleite. 11¡Ven, amado mío, vayamos al campo! ¡Pasemos la noche en alguna aldea! 12Por la mañana iremos a las viñas; veremos florecer las vides y abrirse sus tiernos retoños. Veremos florecer los granados, ¡y allí te entregaré mi amor!” —Cantares 7.10–12, RVC (énfasis mío). ¿Te das cuenta que ha sido Dios quien creó el sexo como un placer que puede ser disfrutado dentro del matrimonio?
La ruina del sexo
Cuando Adán y Eva pecaron, cayeron de la gracia en la que se encontraban, y junto con ellos cayó la raza humana. En el capítulo 3 de Génesis encontramos los resultados trágicos de la caída, a partir del pecado todo se distorsionó, incluyendo la forma de ver y practicar el sexo. El apóstol Pablo nos da un diagnóstico de la raza humana desde entonces, veamos: “21Pues a pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón se llenó de oscuridad.” —Romanos 1.21, RVC (énfasis mío), más adelante sigue escribiendo: “25Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y honraron y dieron culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.” —Romanos 1.25, RVC (énfasis mío), en el versículo 29 continúa: “29Están atiborrados [llenos] de toda clase de injusticia, inmoralidad sexual, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades.” —Romanos 1.29, RVC (énfasis mío). La degeneración del sexo a causa del pecado dio como resultado las siguientes distorsiones: homosexualismo, pornografía, masturbación, adulterio, prostitución, lujuria, incesto, bestialismo, necrofilia, entre otros; todo esto es inmoralidad sexual. El pecado nos convirtió en idólatras, adorando más al sexo, que al Creador del sexo.
La redención del sexo
Dios no se ha quedado de brazos cruzados ante nuestra perdición y locura, Él se compadeció de nuestra condición arruinada y extraviada como lo demostró el apóstol Pablo en los versículos anteriores. La esperanza que Dios nos ha dado es sola y únicamente a través del evangelio, hay buenas noticias, nuestra alma puede ser rescatada de la condenación eterna por nuestros pecados, pero no solamente nuestras almas, también nuestros cuerpos son rescatados de la ruina eterna si creemos en el Hijo de Dios y en lo que Él ha hecho para perdonarnos y salvarnos. El apóstol Pablo nos enseña a través de la carta que dirigió a la Iglesia de Corinto de qué manera nuestro Salvador nos ha dado redención (rescate) a través de un pago para nuestra liberación, leamos: “19¿Acaso ignoran que el cuerpo de ustedes es templo del Espíritu Santo, que está en ustedes, y que recibieron de parte de Dios, y que ustedes no son dueños de sí mismos? 20Porque ustedes han sido comprados; el precio de ustedes ya ha sido pagado. Por lo tanto, den gloria a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios.” —1 Corintios 6.19–20, RVC (énfasis mío). Nuestros cuerpos, que una vez fueron utilizados para adoración a nosotros mismos, complaciendo nuestros deseos sexuales pecaminosos fueron comprados por Cristo, la compra fue hecha en la cruz del Calvario, donde Jesús pagó por todos los pecados de los que han creído y creerán en Él, incluyendo toda clase de pecados sexuales, aun por los actos inmorales más horribles y perversos Jesús dio su vida para perdonarnos y comprar nuestra salvación a precio de sangre, esta es nuestra esperanza, ayer, hoy y siempre. Los esposos pueden disfrutar de la relación sexual con toda libertad y sin condenación cuando han creído en el evangelio; los solteros, los novios, viudos y divorciados que quieren contraer un segundo matrimonio bajo los parámetros bíblicos pueden esperar pacientemente para disfrutar de este regalo de Dios una vez estén casados.
¡Muchas gracias por el artículo!
Respondiendo: Si, he tenido que luchar y es algo diario (aquí en la tierra al menos). En un tiempo aunque iba a la iglesia, tenía una máscara, en mi mente y en lo privado, mi concupiscencia buscaba pecar, aún hoy llevo las consecuencias en pensamientos corrompidos que me invaden, porque introduje mucha basura a mi mente, es por eso que debemos tener cuidado con lo que introducimos, con lo que alimentamos nuestro ser. Cristo nos limpió, y debemos alimentarnos de Él. “mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. Juan 4:14”
Gracias @rolandoamirmirabalhinojosa:disqus por comentar, tienes razón, la lucha es constante mientras vivamos de este lado de la gloria, debemos encontrar que Jesús es nuestra mayor satisfacción, que Él suple todas nuestras necesidades y nos completa con su gracia. Simpre ánimo, bendiciones!