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Por Jorge Meléndez. En la voz de Jorge Meléndez
“Pero el fruto del Espíritu es… gozo.” – Gal. 5:22
No he conocido a nadie que no se empeñe en vivir confiada y alegremente. Todo lo que hacemos esperamos que nos brinde un mayor nivel de alegría; pero ¿qué tal si te dijera que esa alegría está disponible para ti, y no por algo que tú tengas que hacer sino por algo que alguien ya hizo por ti?
Soy una persona alegre y bromista; y antes de ser salvado por el Señor no era diferente. Empecé en la música desde pequeño y rápidamente me vi en vuelto en los mejores grupos musicales de mi ciudad, visitando gran parte del país ¿Te imaginas a un joven tocando su clarinete frente a miles de personas, bailando y al bajar del escenario posar para algunas fotografías al lado de guapas jóvenes? Sí, mi sonrisa no podía ser oculta ni fingida; pero al llegar al hotel y pensar en el divorcio de mis padres, el momento vivido en el escenario no hacia diferencia en la tristeza que albergaba mi corazón, y esa fue la mayor tristeza que me persiguió hasta que conocí a Jesús.
Pablo nos dice en Gálatas 5:22 que “El fruto del Espíritu es… gozo”. Esta es la segunda virtud y consiste en una dicha, alegría, producto del Espíritu Santo. La RAE lo define así: “Sentimiento de complacencia en la posesión, recuerdo o esperanza de bienes o cosas apetecibles”. La Concordancia Strong así: “alegría, i.e. deleite calmo”; James Swanson lo define como “alegría, estado de regocijo y felicidad”. Al hablar del gozo es claro que nos estamos refiriendo a una alegría profunda, no a felicidad pasajera. Conocemos a creyentes que no parecen (porque no lo están) muy “gozosos”, “alegres” o “felices”; o tú puedes ser uno de ellos, así que te diré cómo crecer en gozo.
Una gran verdad que Martín Lutero afirmó es que el Espíritu no obra fuera de la influencia de la Palabra; así que es imposible que crezcas en gozo si no estás anclado a las Escrituras. Quien no crece en gozo es porque no está convencido de la Palabra de Dios. Te pongo dos ejemplos comunes en los que experimentamos la falta de gozo y cómo creer en la Palabra hace la diferencia:
Culpa por pecar
Lo que más poder tiene para quitar el gozo, es el pecado y la terrible culpa que ocasiona. Al pecar, el infierno completo parece gritar en nuestra contra. La conciencia nos acusa tratando de engañaros para alejarnos del trono de la gracia. En ese momento el gozo se desvanece y no se producirá por pasar un buen tiempo con amigos, por “distraerse” con cualquier otra cosa, o tratando de justificarnos por el pecado (lo he intentado) ¡Solo se hace más abrumador y terrible! En ese momento sabemos qué debemos hacer: postrarnos de rodillas, reconocer la condición de pecador, y acercarnos a Aquel que murió a causa de nuestra condena. “En él [Cristo] tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia” (Efesios 1:7), ahí al creer eso, el infierno guarda silencio, la culpa se va y el amor y gracia me inundan. Ante el pecado y la culpa, Jesús es el Salvador y la fuente de gozo.
Falta de provisión o incertidumbre
La escasez económica frecuentemente despierta preocupaciones que quitan el sueño y el gozo. Una vida que disfrute del gozo del Espíritu es una vida aferrada la provisión y cuidado de Dios: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Romanos 8:32). Me aseguraré que comprendas lo que trato de decir; Dios entregó a su Hijo para proveer lo necesario para salvarnos. Su Hijo es lo más valioso y lo entregó por nosotros ¿Acaso no es la muestra del cuidado completo de Dios a nosotros? ¿No podrá suplirte lo que necesitas según su voluntad? ¡Ya te dio a Su Hijo! Al conocer esto y creerlo, el gozo es naturalmente producido; es Cristo, la mayor provisión y muestra de cuidado de Dios para ti y para mí.
¿Quieres experimentar un gozo profundo? Cree lo que la Palabra dice sobre quién eres hoy: Perdonado, declarado inocente, hijo de Dios, amado por Dios, destinado a una gloriosa eternidad al lado de tu Creador y Salvador. No hay nada que pueda cambiar esto porque no depende de ti, sino de Cristo y Su obra ¿Qué se puede comparar con esto? O ¿Cuál debe ser tu fuente de gozo? Ora a Dios, pídele que estas verdades se hagan presentes en tu corazón, y el gozo será producido por Él. Y recuerda: El gozo es el canto de un corazón anclado en Jesús.
Manténte atento o atenta a la serie. Esperamos que la disfrutes y la compartas con tus hermanos de la iglesia, tus familiares, tus amigos y tus conocidos.
Pregunta: ¿Qué es lo que nubla el gozo en tu vida? ¿Qué no crees de lo que la Palabra dice sobre esa situación? Déjanos un comentario presionando el botón.
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Hola 🙂
soy Nadia, gracias por el aporte sobre el Gozo del espíritu; me parece muy refrescante!! Me gustaría, en lo posible que puedan ampliar un poco más el tema o tal vez una comparativa con lo contrario al Gozó, para un mejor entendimiento del tema.
Muchas Gracias por cada uno de sus aportes y la manera en como dedican tempo a cada articulo e información. Son de gran bendición para mi vida 🙂
Dios los bendiga!!
Gracias Nadia por dejar tu comentario. Nos parece interesante tu propuesta, haremos lo posible por tener un escrito sobre lo que nos propones muy pronto. Bendiciones.
Gracias Nadia. Y clarooo te animamos a seguir al pendiente de la serie y de los artículos que posteriormente serán publicados. Dios te bendiga y que bendición saber que has encontrado refrescante la publicación.
Doy testimonio que nada ha podido nublar mi gozo ; pero si se ve notablemente acrecentado por las obras del Espíritu, como esta manera de recibir edificación, a traves de ustedes.
Gracias Elizabeth por tus comentarios, gracias a Dios que se glorifica de esta manera, a través de estos artículos. Bendiciones.
Gracias Elizabeth, que bendición saber que Dios ha sido Fiel. Te animamos a que sigas buscando y creyendo al Señor. Dios te bendiga, saludos!!