Un comentario de Lucas 1.26 – 38
Estoy seguro que ni la dogmática, ni la teología, ni la historia, ni los medios de información y comunicación han honrado lo suficiente el trabajo de la mujer que comenzó justo cuando inició el ministerio de Jesús. Un ejemplo bíblico es la mujer samaritana, que compartió el evangelio en Samaria y después de la resurrección Jesús envío a las mujeres a predicar.
Jesús contó con las mujeres para el avance del Reino desde el principio y así continúa; por lo cual, si alguien quisiese negar la importancia y el papel de las mujeres en la evangelización puede hacer fila y esperar… porque yo sé, que todos conocemos mujeres que hoy están trabajando en el reino de Dios y compartiendo el evangelio a cientos y muchos, de los cuales algunos hemos sido nosotros mismos, y por ello hoy conocemos la gracia de Dios y su salvación.
Con esta introducción los direcciono al tema que hoy les quiero presentar, el cual hace referencia a una mujer que para la visión que el mundo actual posee y comercializa de la mujer seguramente no encajaría en los estereotipos que conocemos, pues les voy a hablar de una mujer que se hizo sierva del Señor, una mujer que no huyo de la maternidad que la vida le traía, sino que por el contrario honro su papel femenino, asumiendo los propósitos de Dios con su vida, convirtiéndose en un ejemplo para todos. Hoy les voy a hablar de María, la llena de gracia.
A través del capítulo primero del evangelio de Lucas aprenderemos una enseñanza de Dios que estoy convencido edificará a cada mujer y hombre.
De esta manera y agrandes rasgos, nos encontraremos con María, una joven de un pueblo pequeño, virgen, pobre, que se comprometió a casarse con un carpintero llamado José.
EL GRAN DÍA
Ha llegado el gran momento que todas las generaciones anteriores esperaban. El Mesías anunciado por los escritos y los profetas estaba por nacer, y Gabriel, el ángel ha recibido la orden de anunciar su inminente aparición, la cual estaba cuidadosamente planeada para que ocurrirá a través de la milagrosa concepción de una virgen y naciese de mujer.
Lucas 1:26 – Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
En esta ocasión vemos que esta historia comienza con un ángel, atravesando toda la creación, pasa de la gloriosa presencia de Dios a la tierra, de la presencia de Dios a una muy pequeña aldea llamada Nazaret. ¿Por qué? Porque Dios lo ha enviado con una misión. Encontrarse con una virgen.
Este ángel se identifica con el nombre de Gabriel. Esto es importante, pues en la Biblia sólo aparecen dos ángeles con nombre, los cuales son Miguel y Gabriel. Gabriel proviene de dos palabras hebreas “gibur” (poderoso) y “El” (Dios).
Lucas 1:27 – a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.
¿Quién era José? Un joven, el cual su edad oscilaba entre 16 y 20 años; quien desempeñaba el oficio de carpintero en la pequeña y sencilla aldea Nazaret, y José era descendiente de David.
Así que, por un lado pensemos en un joven que se está dejando crecer la barba, que va a casarse con María, que tiene un trabajo sencillo, y la esperanza de ser el esposo de la mujer que probablemente conoció desde que eran niños, por lo que me gusta pensar que quizás María era la mujer de sus sueños.
Ahora, imaginémonos a María, una mujer de un pueblo bastante pequeño, con vestido de campesina, que extrae agua de un pozo y recoge leña para calentar la casa de sus padres. Pensemos en ella como una mujer muy pobre, campesina y sin acceso a la educación, que tiene sandalias y en su atuendo demarca las largas caminatas por los senderos polvorientos y secos. Algo un poco alejada de las representaciones que hoy conocemos de ella, ¿No?
Lucas 1:28 – Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.
Aquí, María esta algo así: sentada en una silla de madera hecha a mano, quizás había sido hecha por José; cuando el ángel entra, es decir, María estaba encerrada en el interior de la casa. ¿Qué hacía en ese encierro? Me gustaría pensar que estaba orando y que cada latido de su corazón decía Dios, Dios, Dios… Lo que estaba por suceder era un plan perfecto desde antes de los tiempos, desde el principio.
ESCUCHA ¡SALVE!
Imaginemos esta situación, María está orando y de pronto el ángel irrumpe en su escena. Se presenta y ella escucha: “YO TE SALUDO”, Muy favorecida. “Muy Favorecida” es un verbo compuesto en participio medio kecharitōmenē, que se puede traducir como “ Tu Llena de Gracia”..
María llena de Gracia, llena del amor incondicional. Esta descripción es tremenda pues hace referencia que la gracia de Dios que es impartida de manera incondicional, aunque especialmente quiero que las mujeres que hoy leen este artículo, sepan que son amadas por Dios de la misma manera que lo fue María. Así que, una mujer campesina, pobre, sin educación, y de un pueblo absolutamente pequeño y sin importancia aparente, entiende que es amada por Dios. Esto es algo hermoso, fantástico, increíble y sublime.
LO PRIMERO PARA ESTAR LLENA DE GRACIA ES ENTENDER QUE DIOS TE HA DADO SU GRACIA SIN MERECERLO
Pero… ¿Qué más queda por anunciar el ángel si ahora sabe que el Señor es con ella? ¿Qué más queda por anunciar si ha conocido que es amada por Dios? Tiene la gracia de Dios, está llena de amor de Dios en todo su ser, Él la ha venido a buscar de la misma manera que vino a buscarnos a cada uno de nosotros, cuando andábamos muertos en nuestros delitos y pecados.
Lucas 1:29 – Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.
LO SEGUNDO PARA ESTAR LLENA DE GRACIA SE LLAMA HUMILDAD.
Cuando recibe esto de Dios se perturba, no puede creerlo en un sentido de humildad sin límites. María, al igual que muchos de nosotros, reconoce que Dios le ha dado más de lo que le ha pedido. Esto nos enseña que la mujer de Dios actúa con humildad.
María en este momento se encuentra entre el asombro y la humildad.
Lucas 1:30 – Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.
¿Por qué María halló gracia delante de Dios? La respuesta es porque que Dios la amó, la ama y la amará. No hay ninguna otra razón más allá de eso, lo cual es algo maravilloso, algo que está absolutamente por fuera de la religión, de una religión en la que tienes que hacer algo para ganar el favor de Dios. Por esta razón, el mensaje del evangelio es completamente distinto, pues se trata de Dios regalándonos su gracia, es Dios dando amor con gratuidad, eso es lo que Él hace, su esencia, lo que Él es. Por esto nuestra responsabilidad de no dejar de anunciar lo maravilloso que es Dios.
MARÍA REACCIONA A LA ANTERIOR NOTICIA, Y AHORA RECIBE UNA AÚN MÁS GRANDE:
Lucas 1:31 – Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
Lucas 1:32 – Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;
Lucas 1:33 – y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
El mensaje para María: Dios te tiene preparada para ser parte de su gran plan de salvación, quedarás embarazada.
Es necesario comprender la posición de María: El ángel le dice que Jesús será grande, y en este caso grande significa divino. Dios le dijo a David “que de su descendencia tendría un reino que duraría para siempre” (2 Samuel 7). Así que, Dios le dará a Jesús un reino sobre todos.
¿CÓMO SERÁ ESTO?
Lucas 1:34 – Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.
Ella es virgen y le pregunta a Gabriel ¿Cómo será esto posible? María no demuestra falta de fe, lo que dice es: “Yo creo que puede pasar, ¿cómo va a pasar?”, No le dice: esto no es posible, pues ella lo único que busca es información de cómo sucederá, pues si ya es parte de algo tan grande es obvio que Dios hará su obra completa y perfecta.
El TERCER PUNTO PARA ESTAR LLENAS DE GRACIA SE LLAMA FE.
Aquí está esta mujer sencilla, de un pueblo sencillo, que tiene una fe sencilla, pero su fe es verdadera. Ella sabe muy poco, pues no conocía, ni existía aún el Nuevo Testamento. Sin embargo, lo que ella tiene se llama fe. Ella cree que lo que Dios dice se cumple. Es así como muchos de nosotros nos diferenciamos de María, pues tenemos mucha más información y conocimientos pero mucha menos fe.
Algunas de ustedes piensan, “tengo que aprender mucho más”, quizás sí es así, pero primero, lo primero, cree y vive lo que ya te han enseñado, porque la fe no es solo creer en una lista de cosas, es tener fidelidad a esas cosas que crees por lo cual sabes que Dios las hará.
Martín Lutero dijo: “el milagro más grande empieza con la fe”
Lucas 1:35 – Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.
Vendrá sobre ti, te rodeará, por completo, serás rodeada por una pureza asombrosa, significa que es la misma presencia de Dios que viene y actúa con poder en la vida de María. Dios te cubrirá con su sombra Y TÚ llevarás contigo a Aquel en quien habita la plenitud de la deidad. María, por obvias razones, después de este día jamás sería la misma. Jesús es el que María lleva en su vientre, es el Mesías anhelado. Esta mujer debe estar preguntándose tantas cosas…
Puede llenarse de orgullo: podría pensar ella misma que era la mujer más importante de la humanidad, pero en vez de eso lo asume como una humilde servidora, reconoce que Dios está influyendo en ella. Como toda madre sabe que su hijo es la obra de Dios, lejos de ser obra de sí misma para orgullo propio.
Toda madre sabe que sus hijos son la obra de Dios, y que cada hijo es un regalo de Dios.
Lucas 1:36 – Y he aquí tu parienta Elisabeth, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril;
Lucas 1:37 – porque nada hay imposible para Dios.
“PORQUE NADA HAY IMPOSIBLE PARA DIOS.”
Dios puede tomar a una anciana como Elizabeth y restaurar su vientre. Dios pudo tomar una virgen como María y dar a ella un hijo.
Dios pudo tomar una mujer que no podía tener hijos, que sin matriz como mi madre y hacer por su gracia un milagro y permitir que yo naciera. Porque nada hay imposible para Dios. Claro que para nosotros sí, pero no para Él, es por eso que estamos gozosos, pues nuestro Dios es todo poderoso.
Si lo que dice el Ángel es que nada hay imposible para Dios, créeme es porque así debe ser, y él debe saber de lo que habla y a lo que se refiere.
Lucas 1:38 – Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.
Heme aquí, la sierva del Señor”. Aunque María no comprendió completamente todo, ¡CREYÓ!
Puede que no entendamos lo que Dios está haciendo, pero cree que es lo mejor. Solo cuatro personas son llamadas siervos de Dios en la Biblia: Moisés – Josué – María y Pablo, pues se comprometieron con el proyecto de Dios. La fe de los siervos de Dios consistió en que caminaron con el Señor, confiando en Él, sabiendo que Él haría lo mejor y lo imposible para nosotros.
María es un ejemplo para toda mujer de Dios llena de Su gracia, y toda mujer llena de Su gracia es una servidora que obedece Su voluntad.
HE AQUÍ LA SIERVA DEL SEÑOR
QUE BELLEZA TAN GRANDE HAY EN MARIA, QUE INMEDIATAMENTE SE RECONOCE COMO UNA SIERVA DE DIOS.
Ella lleva al Mesías anhelado en su vientre, por lo que es hermoso imaginar a esta mujer durante todo su embarazo.
- Que nadie niegue la belleza del vientre femenino, que un día fue capaz de llevar a Jesús, el hijo de Dios.
- Que nadie niegue la belleza del amor de una madre, porque es amor sagrado.
- Que ninguna mujer atente contra la belleza de la maternidad.
- Que nadie niegue la belleza del amor de una mujer, porque ese amor es bendito.
- Que nadie niegue el valor de la mujer para Dios y para el mundo.
MARÍA ES UN EJEMPLO DE FE
No queremos decir más ni menos de María. Queremos creer lo que dicen las Escrituras acerca de ella, y esto es lo que dicen: Ella amaba al Señor Y ERA AMADA POR EL SEÑOR, era una mujer de fe, era una mujer humilde, era una mujer servidora de Dios y era una mujer llena de gracia, que en el momento más increíble de su vida estaba dispuesta a dejar todo para servir a Dios, y ella con amor pudo servir a Jesús.
Cada mujer debe aspirar a tener una fe como María, a amar a Dios, a confiar en Dios, y servir a Jesús como lo hizo ella. Toda mujer debe pedirle a Dios con fe que se haga Su voluntad.
María es un gran ejemplo, por lo que deberíamos leer las Escrituras y llegar a conocerla un poco mejor para que podamos amar y servir a Jesús como ella lo hizo, diciendo:
“YO ESTOY DISPUESTA A SER LA SIERVA DEL SEÑOR”
Existe mucha honra al convertirse en una mujer de Dios, no dudes de ello, mujer esforzada y valiente que predica el evangelio y ama con amor profundo la voluntad del Padre.