Por Diego Portillo y Claudia Salazar
La voluntad de Dios es nuestra santificación (1 Tes. 4:3). Esto tiene que ver directamente con guardarnos de la inmoralidad sexual, la cual ni siquiera debería mencionarse entre los hijos de Dios (Ef. 5:3). Si buscamos definirla de alguna manera, la inmoralidad sexual es toda estimulación mental y física que promueva deseos que no son agradables al Señor porque van en contra de Su voluntad.
En el noviazgo, que podemos definir como una relación previa al matrimonio entre un hombre y una mujer, la tentación sexual es muy común. Lastimosamente, muchas veces no contamos con una guía adecuada sobre cómo podemos evitarla y, en lugar de eso, los noviazgos han caído en una degradación moral que trae consecuencias duras a todo el cuerpo de Cristo. En este corto artículo presentamos tres maneras útiles para guardarnos de la inmoralidad sexual durante la bella etapa del noviazgo.
Primero, veámonos como hermanos en Cristo antes que como novios
Uno de los propósitos de Dios es que las personas que forman parte de su iglesia desarrollen relaciones basadas en el respeto, tanto al Señor de la iglesia como a sus miembros. Sabemos que no es aceptable que un hermano en la congregación dañe a otro de ninguna forma—Pablo incluso nos advierte sobre el cuidado que deberíamos tener con algo tan simple como la comida (Ro. 14:15). Por tanto, deberíamos ver todo tipo de inmoralidad sexual en el noviazgo como una forma de hacer caer a otra persona por la que Cristo murió. Tener consciencia de que somos hermanos antes que novios puede y debe ayudarnos a evitar alimentar y ejecutar cualquier deseo sexual en el noviazgo.
Segundo, practiquemos hábitos de gracia juntos
Como humanos, somos seres sociales por naturaleza y necesitamos la compañía y el apoyo de otras personas. La interacción familiar y nuestros círculos sociales demandan que nos unamos en propósitos comunes, y nuestra vida cristiana no es la excepción. Ésta también hace necesaria la comunión con otros miembros del cuerpo de Cristo a través de las herramientas que Dios ha establecido para ello. Siendo el noviazgo una relación entre dos miembros del cuerpo de Cristo, es adecuado que se practiquen de manera regular la lectura bíblica y la oración.
Como dice el salmista, la manera efectiva de mantenernos puros y no pecar contra nuestro Dios es cumplir y guardar en nuestro corazón Sus palabras (Sal. 119:9, 11). También, el Señor nos anima a orar para que no caigamos en tentación (Mt. 26:41). Por último, debemos notar que uno de los propósitos de la comunión es que podamos exhortarnos unos a otros (Col. 3:16-17). Es adecuado entonces que la relación de noviazgo sea vista como una buena oportunidad para crecer en la gracia y el conocimiento de Jesucristo y ejercitarnos para la piedad.
Tercero, no procuremos momentos solos
En Pensamientos para Hombres Jóvenes, J. C. Ryle dice lo siguiente: “Hay una antigua fábula de una mariposa que le preguntó al búho cómo podía estar a salvo del fuego que había chamuscado sus alas. El búho, como respuesta, la aconsejó que ni siquiera mirara su humo.” En consecuencia a esta interesante fábula, Ryle nos aconseja: “No es suficiente que determinemos no cometer pecado, debemos cuidadosamente mantenernos a una buena distancia de todo lo que nos podría aproximar a él.” Esa es la manera de mantenernos alejados de la inmoralidad sexual en el noviazgo.
Por experiencia podemos decir que no es conveniente procurar momentos solos en espacios fuera de la vista pública. Cuanto más aislados intentemos estar, más fuerte será la tentación que pueda venir. Entonces, las parejas de novios que no quieren deshonrar al Señor con el pecado sexual, deben apartarse de toda oportunidad que les lleve a tener pensamientos pecaminosos, los cuales eventualmente les llevarán a ejecutar el pecado.
Como sabemos, la tentación sexual es natural, pero eso no significa que debamos sucumbir ante ella. Los hijos de Dios debemos mantenernos alejados de todo lo que nos lleve a deshonrarle, pues Él demanda que seamos santos en toda nuestra manera de vivir. En el noviazgo, el vernos como hermanos antes como novios, el practicar medios de gracia juntos, y el no procurar momentos solos pueden ser tres herramientas muy valiosas para alcanzar tal fin. Que Dios nos lleve a glorificarle en nuestro noviazgo al guardarnos de la inmoralidad sexual.
Que buenos consejos. Me hubiese gustado que alguien me los hubiese dado en su tiempo. Ahora ya llevo 10 años de casado y creo que la mayoría de las dificultades que pasamos como pareja fue por tener cuidado en este aspecto de nuestra relación.
Solamente quizás agregar al tercer punto de no tener momentos a solas nos ayudaría aplicar el consejo que Pablo le dio a Timoteo en 2:22″Huye, pues, de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que invocan al Señor con un corazón puro.”
Mas que no procurar debemos huir de estas cosas y tratar por todos los medios de llenar nuestra mente y tiempo con cosas que agraden a Dios y nos mantengan enfocados en Él.
Buenos amigos nos ayudaran a tener a quien darle cuenta de nuestros actos y nos ayudaran a seguir puros en esta area y estos amigos como Pablo le recuerda a Timoteo deben ser aquellos que sigan al Señor con un corazón puro.
Mis sugerencias seria entonces :
Huir de cualquier posibilidad , es decir ser productivo en no encontrarme en situaciones que pueden hacerme caer
Rodearse de buenos amigos: Cristianos fieles y formes en su fe a los cuales poder reportarme y acudir si es necesario
Bendiciones
G.B
Gracias G.B. por comentar y compartir con los seguidores de este blog tus sugerencias, que son atinadas y bíblicas. Bendiciones en Cristo.
Muchas gracias por tu comentario, G. B. Creo que es una muy buena sugerencia la de Timoteo, porque como dices, es necesario estar ocupados en cosas que agraden al Señor.
Dios te bendiga hermano.