¿Existe el amor verdadero?
Cuando estamos con Cristo, nuestro amor al cónyuge debería ser como el de Él, que se dio a sí mismo en propiciación por nosotros. Un amor que no busca lo suyo, sino que pone al otro como el más importante.
Cuando estamos con Cristo, nuestro amor al cónyuge debería ser como el de Él, que se dio a sí mismo en propiciación por nosotros. Un amor que no busca lo suyo, sino que pone al otro como el más importante.
El amor no es una emoción, es un mandato que debemos cumplir pero, antes de amar a nuestro prójimo debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y nuestras fuerzas.
El entender la santidad De Dios, nuestro pecado y las consecuencias de nuestro pecado a través de la revelación De Dios en la Biblia, somos conscientes de nuestra miseria, de nuestro pecado. Pero también entendemos que por gracia de Dios, a través de fe en Jesucristo, para gloria de Dios, obtenemos el perdón y la transformación para que nuestra inclinación se convierta en esperanza para gloria de Dios.
La cuarta pregunta del Catecismo de Heidelberg nos recuerda de qué se trata la ley de Dios: se trata de amor. No el tipo de amor de #love-wins donde escondemos la verdad y en nombre del amor, sino el amor que está enraizado en el amor que se nos ha mostrado en Cristo. Un amor que glorifica a Dios y que sobreabunda en nuestro prójimo de manera que nuestro prójimo puede experimentar también, este amor De Dios.
Dios nos ha dado grandísimas y preciosas promesas para ser participantes de la naturaleza divina. Esfuérzate, sigue luchando, reconoce lo pobre que eres para amar, no minimices tu pecado, entrégate a su gracia transformadora y esfuérzate en amar a los que están a tu alrededor, porque Jesús, tu tierno y precioso Salvador, es la definición del amor y está transformándote en alguien como Él.
Es Cristo el mensaje, es Cristo el único que debe llevarse la gloria, es Cristo el que debe ser anunciado y exaltado, es Cristo el verdaderamente poderoso. Marcos, al narrarnos de Juan el bautista, nos empieza a decir quién es nuestro maravilloso Señor y Salvador, Cristo Jesús. Amen.
¿Es anticuada o retrógrada la Palabra de Dios? Yo contestaría la pregunta con otra pregunta ¿hay una verdad absoluta? Si no la hay, ¿es absolutamente verdad que no hay verdad absoluta? ¿entiendes el punto? Si los mandamientos de Dios cambiaran ¿qué nos diría esto del carácter moral de Dios? Tú no estás obedeciendo una ley que se instituyó hace dos mil años o cuatro mil años atrás, estás obedeciendo una ley eterna, una ley que refleja la justicia eterna de Dios y por congruencia no puede cambiar, porque es perfecta.
La Biblia nos enseña que Dios creó todas las cosas para su gloria, y eso son muy buenas noticias para nosotros, porque en ese deseo de mostrar su gloria tu puedes conocer y disfrutar un Dios perfecto de un amor perfecto y eterno. Dios diseñó al hombre para que no se conforme con vivir una vida vana. Tú puedes ver esto en personas que se drogan, o viven en fiestas, o tienen muchas mujeres, o tienen mucha ropa o mucho dinero y posesiones, y viajan a muchos lugares, tienen éxito laboral, son populares, son poderosos y su contraste, personas pobres o comunes, nunca están satisfechos plena y permanentemente.
Tengo la necesidad de que puedas ver el panorama completo de la gracia de Dios. Recuerda, somos como Mefi-boset. Así como él recibió tanta bondad de parte de David, nosotros la hemos recibido de Dios, y todos los días seguimos tomando de Cristo gracia sobre gracia.
Mi meta en este artículo no es darte una receta que te ayudará a vencer la lujuria de una vez por todas. Me gustaría poder hacerlo, pero sé que la lujuria, como cualquier otro pecado, es un problema profundo que requiere mucho más que una simple solución humana.
La gracia de Dios nos hace miembros de la mejor familia sobre toda la tierra. Es una familia que no está ligada necesariamente por un par de apellidos, sino que está unida entre sí por la sangre derramada en el Calvario.
En algún momento de tu vida, ¿te has sentido perdido? ¿Extraviado? ¿Sin vida, sin esperanza? Qué reconfortante es cuando alguien se preocupa por nosotros, y extiende su mano para levantarnos del suelo en el que nos encontrábamos. Siempre es bueno tener a alguien de nuestro lado, que nos ame y anime a pesar de todas nuestras flaquezas.