¿Las palabras tienen poder? Una reflexión sobre declarar, decretar y reclamar bendiciones
Es muy popular en las iglesias de hoy la práctica del “Yo declaro” que consiste en afirmar que podemos cambiar nuestra vida si decimos con suficiente fe lo que queremos que nos ocurra. Una versión más moderada es aquella que al menos exige que eso que “declaramos” esté en la Biblia en forma de promesa (aunque sea una mala interpretación del texto, una eisegesis).