Estudiemos Colosenses (Parte 5)
En esta entrada veremos dos maneras excelentes en las que Pablo ejemplifica la redención que Cristo ha efectuado a nuestro favor.
En esta entrada veremos dos maneras excelentes en las que Pablo ejemplifica la redención que Cristo ha efectuado a nuestro favor.
En esta entrada, veremos cómo Pablo ora pidiendo a Dios que los creyentes en Colosas avancen hacia la madurez.
Como es natural, el evangelio había causado efectos maravillosos en los hermanos colosenses, y en esta nueva entrada de nuestra serie examinaremos esos efectos, los cuales son y deben ser causados en todo lugar donde el evangelio verdadero, el evangelio de la gracia de Dios, llega.
Hoy continuamos con nuestro estudio de la carta de Pablo a los Colosenses, estamos en los primeros dos versículos (Col. 1:1-2), donde Pablo expresa su saludo habitual. Partiendo de aquí, veremos algunas generalidades sobre esta carta, y examinaremos las implicaciones que tiene a nuestra vida la gracia y la paz que Pablo tanto deseaba a quienes escribía.
A lo largo de los últimos cinco o seis meses, he estado estudiando constantemente la carta del apóstol Pablo a los Colosenses. Mi interés en ella ha sido producido por un curso de predicación expositiva que mi pastor impartió en nuestra iglesia, y realmente ha sido una tarea muy gratificante, ya que mi entendimiento de la superioridad de Cristo, su obra en la cruz, el evangelio y la nueva vida han sido fortalecidos sobremanera.