Una iglesia relevante
La sociedad y cultura han cambiado pero la condición espiritual es la misma así como el llamado a seguir a Cristo y la forma de hacerlo.
La sociedad y cultura han cambiado pero la condición espiritual es la misma así como el llamado a seguir a Cristo y la forma de hacerlo.
Segunda parte del podcast sobre La historia de la Iglesia que contiene trece enseñanzas por el Dr. W. Robert Godfrey de los Ministerios Ligonier.
Primera parte del podcast sobre La historia de la Iglesia que contiene doce enseñanzas por el Dr. W. Robert Godfrey de los Ministerios Ligonier.
La mayoría de los cristianos queremos pertenecer a una congregación local que sea fiel a lo que los primeros hermanos practicaron bajo la guía del Espíritu Santo y la autoridad de los santos apóstoles de Cristo.
Congregarnos debe ser un tiempo especial, donde como Iglesia—como cuerpo, pueblo, familia —adoramos a nuestro redentor y salvador Jesucristo, para gloria de Dios el Padre.
El pueblo evangélico es llamado a considerar el Evangelio, y a la unidad de la iglesia como una marca distintiva de éste, que a su vez marca una diferencia en un mundo de por sí tremendamente dividido en clases raciales, socioeconómicas, políticas, culturales, ideológicas, religiosas, etc.
No estamos llamados a ser un pueblo egoísta y estático, sino a crecer en número. Y aunque el crecimiento numérico es tarea del Espíritu Santo, nosotros tenemos la responsabilidad de compartir las buenas nuevas con todos aquellos que ahora mismo se encuentran separados de la comunión con Dios y con su pueblo.
Por la soberana y dulce gracia de Dios, una vez que somos adoptados a la familia de Dios, somos acreedores de toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales en virtud de nuestra unión con Cristo.
La expresión “el cuerpo de Cristo” es usada para llevar a la iglesia en Roma—la comunidad de creyentes—a aplicar las verdades centrales del Evangelio que habló en los 11 capítulos anteriores, haciéndoles ver que la iglesia es una pluralidad diversa.
Dios nos ha dado grandísimas y preciosas promesas para ser participantes de la naturaleza divina. Esfuérzate, sigue luchando, reconoce lo pobre que eres para amar, no minimices tu pecado, entrégate a su gracia transformadora y esfuérzate en amar a los que están a tu alrededor, porque Jesús, tu tierno y precioso Salvador, es la definición del amor y está transformándote en alguien como Él.
Es Cristo el mensaje, es Cristo el único que debe llevarse la gloria, es Cristo el que debe ser anunciado y exaltado, es Cristo el verdaderamente poderoso. Marcos, al narrarnos de Juan el bautista, nos empieza a decir quién es nuestro maravilloso Señor y Salvador, Cristo Jesús. Amen.
Las doctrinas gnósticas son enemigas del evangelio. Pero también lo es, y mucho, la actitud del gnóstico de parte del creyente que confía en que su pedantería secreta o pública tiene algún valor delante de Dios.