El propósito y la providencia de Dios en el sufrimiento

El sufrimiento prueba nuestro corazón porque ¿quién necesitaría a Dios cuando todo esta bien? es allí justamente donde podemos confirmar en dónde tenemos puesta nuestra confianza y en dónde ésta descansa, las pruebas son el fuego por el cual pasa el oro por el crisol y remueve toda impureza de nuestro corazón como el orgullo, auto suficiencia y auto justicia.

Entendiendo nuestra Miseria – El Catecismo de Heidelberg Pregunta 3

La realidad es que si tú o yo estuviéramos en los zapatos de Eva, hubiéramos hecho lo mismo. De hecho, tú y yo tomamos la misma elección todos los días. Cuando buscamos nuestra gloria, cuando nos quejamos con Dios por lo que no tenemos, cuando damos lo que tenemos por sentado, cuando no pasamos tiempo con Dios, cuando desobedecemos Su voz, cuando … ves que tienes la misma opción y tu elección siempre te lleva a la miseria, al pecado, a la muerte. Escoges el mal cuando Dios quiere el bien.

Catecismo de Heidelberg pregunta 1

El Catecismo de Heidelberg fue publicado en 1576. Contiene 129 preguntas y respuestas y se divide en 3 partes: la miseria del hombre, la redención del hombre y la gratitud del hombre. Bajo esta amplia estructura, el Catecismo de Heidelberg abarca los temas que son la base de la fe cristiana, por ejemplo, doctrinas de la caída, nuestra condición pecaminosa, la ley de Dios, Cristo y su redención por la fe, la justificación, los sacramentos, la confesión, los diez mandamientos, y la oración del Señor. No examinaremos cada pregunta y respuesta, sin embargo, sí profundizaremos en las doctrinas que este catecismo explora y hablaremos sobre las implicaciones de cada una de ellas en nuestras vidas.

Una vida centrada en la supremacía de Cristo

La supremacía de Cristo te sostendrá en los momentos más estresantes y decepcionantes de tu ministerio. Porque habrá gente que te abandonará, gente a la que ayudaste por la que te desvelaste que te dará la espalda. Si vives haciendo un ministerio centrado en la supremacía de Cristo entonces resistirás. Mira a Cristo y deléitate en la grandeza de su ser, asómbrate ante la grandeza de su poder y de su persona.