Por Jorge Rivera
He luchado con el deseo de que veas a Cristo tan valioso que al leer esto te sientas cautivado por él y por su grandeza- Al mismo tiempo he luchado con el desánimo y la impotencia al pensar en la incapacidad de un simple mortal de presentar al Cristo supremo y glorioso como lo es nuestro infinito Dios, y es que ¿Quién puede hacer eso? ¿Qué hombre puede hablar del Dios tan perfecto y describirlo tal cual es si el hombre mismo es imperfecto? Si hoy pudiéramos reunir las mentes más brillantes de los hombres intelectualmente más brillantes que la humanidad ha producido en toda la historia y en todas las generaciones como Voltaire, Isaac Newton, Galileo Galilei, Davinci, Descartes, Platón, Albert Einstein, Stephen Hawkings y juntáramos todo su conocimiento y toda la habilidad mental para resolver grandes problemas y ecuaciones y les pidiéramos que describieran a Dios, y se esforzaran por darnos lo mejor de sus capacidades intelectuales, con todo eso, la descripción apenas sería una sombra raquítica y lánguida de quién es Dios. Todo ese conocimiento y toda esa capacidad no sería suficiente. Así que en mi intento de mostrarte cuan supremo es Dios, cuan vasto e inmensurable es en su ser déjame decirte que voy a fallar y voy a opacar lo que con todo mi corazón deseo exaltar.
No obstante encomiendo esta tarea al único que puede mostrarte y quitar el velo de la superficialidad que hay en nuestros ojos y mostrarnos lo que significa “que Cristo tiene la supremacía en todo”. Al Espíritu el cual se complace en testificar del Hijo de Dios, el Hijo de su amor, Jesucristo.
Hoy hay una gran necesidad en la Iglesia de Cristo que volvamos al principio de vivir centrados en la supremacía de Cristo. Hoy en muchas iglesias este tema ha desaparecido de los púlpitos, la obra está centrada en el hombre, en el marketing, en las estrategias, en el humanismo. Hay un constante eco del ministerio antropocéntrico en nuestras iglesias y una gran ausencia del ministerio centrado en la gloriosa e imponente verdad de que Cristo es preeminente sobre todas las cosas. En este artículo es mi interés y deseo que Dios te conceda la gracia de ver a Cristo glorioso, alto y sublime siendo el centro de tu ministerio cualquiera que este sea; que siempre le sirvas a la luz de la estremecedora, aterradora y a la vez fascinante verdad bíblica de la supremacía de Cristo. Acompañame a leer una cita que se encuentra en Colosenses capítulo uno , versículos del quince al diecinueve.
El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de Él y para Él. Y Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen. Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia; y Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que Él tenga en todo la primacía. Porque agradó al Padre que en Él habitara toda la plenitud.
A la luz de este texto, si Cristo tiene la supremacía por sobre todas las cosas entonces ¿Cómo hemos de hacer la obra en nuestros ministerio a la luz de esa verdad? El título de este artículo es: “Una Vida Centrada en la Supremacía de Cristo”. Hay cuatro cosas que me gustaría compartir con ustedes:
Lo primero, para tener un ministerio centrado en la supremacía de Cristo debes servirle con la constante fascinación en la persona de Cristo.
No permitas que la verdad de quién es Cristo te deje de asombrar. Haz la obra del ministerio con la conciencia de la inmensurable verdad de la hermosura de su persona. Déjame explicarte un poco lo que Pablo dice: Él es la imagen de Dios invisible. En esta sección Pablo habla de la naturaleza de Cristo mismo, de quién es Él. Pablo dice: Él es la imagen del Dios invisible: Él es la perfecta “Imago Dei”. Cristo es el Eikón del Dios invisible. Pablo atribuye a Cristo la frase “el Eikón de Dios”. Eikón era la palabra que se usaba para las imágenes grabadas en las monedas. Por el uso de la palabra Eikón se denotan dos cosas: representación y manifestación.
Pablo está diciendo que Jesús es la perfecta manifestación de Dios. Jesús es quien revela la misma naturaleza y el carácter de Dios. En Él, el invisible ha venido a ser visible. De manera que si tú quieres saber cómo es Dios, debes de mirar a Cristo. Quien ve a Jesús puede ver a aquel que habita en luz inaccesible.
El apóstol Juan registra lo que llamaría yo el testimonio mismo de Jesús como el eikón de Dios. Recordarán que cuando Jesús se está despidiendo de sus discípulos les dice que ellos ya conocen el camino que deben venir tras Él. Felipe le dice a Jesús: Señor, muéstranos al Padre y nos basta. A lo que Jesús responde a Felipe: “el que me ha visto a mí ha visto al Padre”.
El escritor a los hebreos se refiere a Jesús como “siendo el resplandor de la gloria y la expresión misma de su sustancia. He 1:3, Pablo en su carta a los filipenses habla de Cristo como “siendo en forma de Dios”. Fil 2:6 de igual forma Pablo otra vez dice a los Corintios que Cristo es la imagen de Dios. Co 4:4.
Hace un momento hablaba con ustedes a cerca de la incapacidad de un hombre de describir la inmensurable grandeza de Dios, pero Cristo puede hablarnos de cómo es el padre y el Padre nos puede hablar de cómo es el Hijo de manera perfecta.
Jonathan Edwards en su ensayo no publicado a cerca de la Trinidad lo pone de esta manera: “Cristo es la eterna, necesaria, perfecta, substancial y personal idea que Dios tiene de sí mismo”. (An unpublished Essay on the Trinity).
En otras palabras “Cristo es la más perfecta y completa idea de cómo Dios piensa de sí mismo”. Tal como Dios piensa de sí mismo así es Cristo. Por favor no dejes que esta verdad de su persona te deje de asombrar.
Lo segundo. Hacemos una vida centrada en la supremacía de Cristo sirviéndole sometidos constantemente a la autoridad de Cristo (Si Cristo es el primogénito y la cabeza).
Decir que Cristo tiene la supremacía sobre todas las cosas es reconocer su soberanía y su autoridad por encima de todo lo que ha sido creado visible o invisible, así que no permitas que se te olvide que en el ministerio tú eres el siervo y no el Señor.
Cuando vemos las estadísticas de los pastores que han dejado el ministerio, mucho me temo que tiene que ver con esta razón. Cristo es el Señor, Cristo es quien tiene la supremacía en la creación y en la redención tú no eres más que un siervo por gracia que debe actuar en sometimiento a la autoridad de Aquel que rige cada movimiento que ocurre en todo el universo. De manera que todo lo que hagas en el ministerio debe ser supervisado por su autoridad.
En el ministerio no vas a ir a ser lo que tu quieras o lo que tu piensas que es lo mejor, vas a hacer lo que el Supremo quiere que hagas. ¿Dónde dice nuestro texto que Cristo tiene toda la autoridad?, ¿De dónde sale este punto? Nuestro texto dice que Jesús es el primogénito de toda creación y la cabeza de la nueva creación, la iglesia.
Cristo es el primogénito de toda creación. Esta frase ha sido una fuente de gran debate, especialmente entre las sectas que dirán que Cristo es el primer ser hecho de toda la creación. Pero es obvio que Pablo no está usando esta palabra en el sentido en el que la toman estos grupos. En los siguientes pasajes la palabra primogénito es usada en el sentido de primero en rango: Israel se le llama el primogénito cuando no era la primera nación de la tierra (Ex. 4:22), a David se le llama el primogénito cuando no era el primer hijo de Jessie (Sal. 89) mostrando así que la palabra no significa solo primero en tiempo sino en importancia y rango.
La palabra que Pablo usa aquí (protótokos) aplicada a Cristo significa que Cristo está por encima de toda la creación, que él tiene todos el derecho de gobernar sobre toda la creación entera, que él es el heredero de toda la creación, que él es soberano.
John Piper dice que no hay un rincón en toda la creación en la que Cristo no diga “es mío”.
Con esta palabra Pablo está afirmando la supremacía de Cristo sobre la creación en respuesta a las herejías que pretendían dañar a la iglesia en Colosas. Es como si Pablo les estuviera diciendo “no”, nosotros no debemos estar dependiendo de los ángeles porque Cristo es el que rige y el que gobierna y el que tiene la más alta importancia entre todo lo que existe. El contexto nos dice que Cristo existió antes de todas las cosas y además que Él es el agente creador de todas las cosas.
Pablo primero dice que Cristo tiene la supremacía sobre toda la creación y ahora va a argumentar y a probar porqué es que Cristo es preeminente sobre toda la creación. En el versículo dieciséis se describen cuatro cosas que relacionan a la creación directamente con Jesús. Cuatro de ellas las dirá usando cuatro preposiciones que nos dan una idea de los que Pablo quiere decir en estos versículos. La primera razón de la supremacía de Cristo es en la creación es
Porque en el (“por él” no es muy coherente) fueron creadas todas las cosas ( Él es el arquitecto de la creación)
Esta primera preposición es muy interesante porque algunos la han traducido “por Él” en lugar de “en Él” lo cual pienso que no es tan acertado por la siguiente razón, si vamos a traducir “por Él” entonces la siguiente preposición viene a ser una repetición de la primera y no hay sentido en ello. Es mejor traducir “en Él” lo cual como indica Hampton Keathley “es el lugar donde los eternos planes e ideas de una creación tienen su morada”. Esto incluye cada rincón de la creación, las cosas visibles e invisibles, tronos o dominios, principados o poderes, sin dejar nada excluido, todo ha sido creado en el Hijo.
¿Qué planes e ideas estaban en Cristo? Nuestro texto dice que la esfera de la creación celestial y la esfera de la creación terrenal estaban planificadas en Cristo. No hay nada que se escape a la creación entera. La creación del mundo visible e invisible estaban en Cristo. EL mundo material y el espiritual incluyendo el gobierno de poderes y autoridades. Como el mismo texto nos dice ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades.
El apóstol hace énfasis especial al mundo de los ángeles dadas las herejías que en Colosas se estaban introduciendo diciendo que Cristo reina supremo sobre todas esas autoridades. El trono de Cristo tiene la supremacía por encima de toda autoridad ya sea terrenal o celestial.
Cristo no solo fue, Él es el lugar de donde se originan las ideas o el Diseñador del Universo o el arquitecto del universo. La segunda razón por la que Cristo es preeminente es: Porque por medio de Él o por el fueron creadas todas las cosas. Esta preposición nos indica que Cristo es el instrumento que se empleó para crear. En otras palabras Cristo no es solo el diseñador del plan de creación sino que él mismo es el medio o el constructor de esos planes de creación. Esto nos recuerdas las palabras de introducción del evangelio según Juan cuando dice: “Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” Juan 1:3.
En otras palabras Él es el Dueño de la creación. El universo entero le pertenece a Él porque fue hecho para Él. Él diseñó el plan en primer lugar, Él los construyó, ahora como resultado la creación le pertenece “todo fue creado para Él”.
Pero el apóstol no se queda ahí, la relación de Jesús con la creación no se ha quedado en el pasado. Jesús no sólo dio origen a las cosas y las construyó y le pertenecen. Él también se relaciona con la creación en el presente. La cuarta razón por la que Jesús tiene la supremacía sobre toda la creación es: Porque Él es antes de todas las cosas. En relación a la creación Cristo es eterno. La creación no era y ahora es. Cristo siempre ha existido. Él siempre es. Nunca ha habido un momento en el que Él no existiera siempre ha existido. Es fascinante pensar y a la vez inconcebible a nuestra mente la verdad de que Cristo nunca tuvo un principio.
La última razón por la que Pablo dice que Cristo es preeminente en la creación es: Porque en Él subsisten todas las cosas. Otra vez aquí Pablo usa otra preposición en un sentido locativo indicando que Jesús es el lugar en el que la creación se mantiene. Me encanta la idea que da la traducción “todas las cosas encuentran su cohesión”. Lo cual indica que es por el poder de Jesús que la creación subsiste. Dándonos la idea de que si no fuera por Él todo se desintegraría. El hace que cada átomo de cada ser y cada cosa permanezcan unidas y no se desintegren.
La siguiente sección de nuestros versículos hablan de la supremacía de Cristo en la Nueva creación y de ello vamos a tomar algunos principios para terminar los siguientes puntos de este artículo. Ha quedado demostrado por el apóstol que Jesús tiene la supremacía en toda la creación. El Apóstol ha terminado su sección donde habla de la supremacía de Cristo, y ahora va a hablar de otra esfera donde Jesús es preeminente también. Las pruebas que ha dado son contundentes, Jesús tiene la supremacía sobre la primera creación.
Ahora, no solo debemos hacer la obra del ministerio porque Jesús es creador de todo y supremo en toda la creación, debemos hacer la obra del ministerio centrados en la supremacía de Cristo porque Él es la cabeza de la Iglesia. Para demostrar el cuidado que los hermanos deben tenerse unos a otros Pablo ha usado la metáfora del cuerpo como ejemplo de la iglesia. Aquí en los versículos siguiente Cristo es presentado como la cabeza de la Iglesia.
Pablo afirma la superioridad de Cristo sobre la nueva creación. Cuando Pablo dice en el versículo 18 “Él es” el pronombre personal es enfático significa “Él mismo, Él y no otro”. El uso de la palabra cabeza (Kefale) implica por lo menos tres cosas: lo primero es la supremacía de Cristo, su autoridad y derecho de dirigir el cuerpo. Lo segundo es que la iglesia es un organismo conectado con Cristo, a través de ella Él actúa y se manifiesta. Por último, la tercera cosa que indica es su inseparabilidad de la iglesia. El mismo Señor se ha atado a la iglesia en una unión indisoluble.
Después de decir que Cristo es la cabeza de la iglesia hora Pablo da la segunda razón del por qué Cristo tiene la primacía en la nueva creación o en otras palabras en la redención. Por todas estas razones Él tiene autoridad. Hacer un ministerio centrado en la supremacía de Cristo es reconocer la autoridad que Él tiene en todas las cosas y especialmente tú y yo que vamos al pastorado o algún ministerio, recordemos que Él tiene todo el derecho de ejercer autoridad en nuestros ministerios.
La tercera cosa que debemos hacer para tener un ministerio centrado en la supremacía de Cristo es servirle con el deseo de exaltar la gloria de Cristo.(Todo fue hecho para él).
El propósito máximo y la gran razón que desencadenó la creación de todas las cosas en la primera creación y la creación de una segunda nueva creación es Cristo. Él es el dueño de todo lo creado. Esta frase le da propósito a tu vida, «fuiste creado para Él». Todo lo que Él ha hecho lo hizo con el propósito de que le exaltáramos. La creación entera aun cuando está sometida a la corrupción del pecado anuncia la gloria de Dios.
El salmo 57:5 dice exaltado seas sobre los cielos, sobre toda la tierra sea tu gloria. Pablo cuando está hablando de los beneficios que hemos recibido en Cristo, en la nueva creación dice tres veces «para la alabanza de su gloria» Ese es el propósito que debemos tener en mente. No debemos tener otro el ministerio, debemos exaltar a Cristo y no a nuestras propias personas. Debemos construir fama a su nombre y no al nuestro. Un ministerio centrado en la supremacía de Cristo es aquel donde el nombre del siervo es opacado por la supremacía de su Señor. No construyas fama para tu nombre, haz famoso el nombre de Cristo. Donde sea que Dios te ponga en el ministerio no cedas a la tentación de buscar la fama para tí mismo. Tu tendrás un ministerio raquítico a menos que tu ministerio esté eclipsado por la supremacía de Cristo. Como alguien dijo alguna vez: “Que no digan que gran predicador tiene ese Cristo sino, que gran Cristo tiene ese predicador”.
La cuarta cosa que nos permitirá tener un ministerio centrado en la supremacía de Cristo es servirle predicando el evangelio en la capacidad de Cristo.
Una de las cosas contra las que más luchamos es creer en la capacidad que Cristo nos da para la realización de la obra que Él nos ha mandado a hacer. El punto fundamental de lo que surge de este pasaje es que Cristo es suficiente, vivir en un ministerio centrado en la supremacía de Cristo es creer que en Él estamos completos y no necesitamos más, es creer que la capacidad que se necesita para desempeñar la tarea viene de Él. Pero también es un ministerio que está lleno de humildad porque reconocemos que esta capacidad no es nuestra, no viene de nosotros. Quien tiene un conciencia robusta por el pensamiento de la supremacía de Cristo en todas las cosas no deja lugar para el orgullo ministerial. Sabe que la obra es demasiado grande y el ministerio muy profundo que ante la verdad de que Cristo es preeminente toda arrogancia se esfuma. Pablo tenía bien en claro esto cuando dice en 2 Corintios 2:16 y refiriéndose al ministerio Y para estas cosas ¿quién es suficiente?
Nuestro texto dice por qué Jesús es la cabeza de la iglesia o de la nueva creación y expresa dos cosas: Porque es el primogénito de los muertos es obvio que tratándose de que Pablo está exaltando a Cristo no puede referirse otra vez a que Él fue el primero en resucitar.
Todos sabemos que éÉl mismo había resucitado a otros. La frase primogénito de entre los muertos puede significar tres cosas: primero en rango, precedencia en tiempo y iniciativa creativa. El significado que mejor encaja en lo que Pablo viene diciendo es el significado que Cristo es el origen y la fuente de la vida de la Iglesia, la fuente de su ser. Básicamente esta es una explicación del porqué Cristo es la cabeza de la Iglesia. Él es la cabeza de la iglesia porque él es la fuente, el poder y la causa originadora de la vida de la Iglesia. Cristo es el primero en romper los lazos de la muerte en un cuerpo glorificado en virtud de su resurrección para ya no volver a morir. Él es el principio de una nueva creación de Dios. La era de la resurrección ha hecho explosión y como el primero que ha resucitado de los muertos, Él es el primer fruto que garantiza la futura resurrección de otros (Romanos 8:29)
La segunda razón que Pablo da por la que Cristo tiene la supremacía sobre la nueva creación es porque ese era el plan y el deseo de Dios desde el principio.
Leemos que el texto dice para que Él tenga la primacía en todo. Para que en todo Él tenga la primacía: Esta última expresión viene a ser un resumen de todo lo que Pablo ha venido diciendo desde el versículo quince. Esta es la causa mayor por la que Cristo tiene la supremacía en la obra de creación y en la obra de redención. Otra vez el pronombre “Él” es enfático y ya dijimos lo que significa. En otras palabras Cristo y solo Cristo, Él y sólo Él ha venido a ser preeminente. Cristo es supremo sobre la primera creación por virtud de su obra de creación. Por virtud de su encarnación, la cruz y la resurrección Él ha tomado el lugar supremo en la nueva creación, la Iglesia y por esta obra espiritual Él ha venido a ser ahora preeminente en todas las cosas. Cristo ha sido ahora exaltado al lugar más alto y se le ha dado un nombre que es sobre todo nombre. Fil. 2:9
Para concluir me gustaría que reflexionemos en lo siguiente: A la luz de la supremacía de Cristo, si Dios te está llamando a misiones, la supremacía de Cristo es lo único que te hará soportar todo lo que ser un misionero en un país extranjero implique, te ayudará a valorar tu vida en relación a su sublime grandeza y majestad y valor, al grado de estar dispuesto a dar tu propia vida para que su supremacía sea conocida entre la gente a la que Él te está llamando a alcanzar.
La supremacía de Cristo es la que te hará renovar fuerzas en los días más oscuros que el pastorado traiga a tu vida, si Dios te está llamando para ello. A menos que mires a Cristo supremo por sobre todas las cosas, supremo sobre la Iglesia, sobre la enfermedad, sobre los problemas, sobre el estrés, sobre las dificultades del crecimiento, sobre la pobreza de la Iglesia y sus problemas financieros, a menos que lo veas a Él para el cual todas las cosas fueron hechas no podrás sostenerte en el pastorado, dejarás tirada la obra como muchos lo han hecho porque como Pablo dice Para estas cosas quién es suficiente.
La supremacía de Cristo te sostendrá en los momentos más estresantes y decepcionantes de tu ministerio. Porque habrá gente que te abandonará, gente a la que ayudaste por la que te desvelaste que te dará la espalda. Si vives haciendo un ministerio centrado en la supremacía de Cristo entonces resistirás. Mira a Cristo y deléitate en la grandeza de su ser, asómbrate ante la grandeza de su poder y de su persona.
Y termino con una cita:
Dios no instauró su verdad en la tierra enviando a un ángel o gobernante, o uno de los que dirigieran los asuntos terrenales, o uno de aquellos a quienes se les confía una administración en el cielo, sino al propio artífice y creador del universo, por medio de quien hizo los cielos, por quien encerró el mar dentro de sus límites, cuyos misterios todos los elementos guardan fielmente; de quien el sol recibió la medida que ha de guardar en su diaria carrera, a quien obedece la luna cuando le manda brillar de noche, a quienes obedecen las estrellas que son el séquito de la luna en su carrera. ; aquel por quien todo fue ordenado, delimitado y sometido: los cielos y lo que en ello se contiene, la tierra y cuanto en la tierra existe, el mar y todo lo que el mar encierra, el fuego, el aire, el abismo, lo que está en los alto, lo que está en lo profundo y lo que está en medio. A este envió Dios a los hombres. (David E. Garland, Comentario Colosenses y Filemón, Editorial vida, Miami, Florida, 2012, p. 100).